Su característica más importante es la atracción y apetencia que tiene por el oxigeno, lo que le permite fijarlo para transportarlo a todas las células del organismo en forma de oxihemoglobina, después de captarlo en los pulmones durante la inspiración respiratoria. Es fundamental en la elaboración de la hemoglobina de la sangre y en la mio hemoglobina de los músculos. Las mayores concentraciones de hierro se encuentran en la sangre. Interviene en la producción de energía y es un factor de crecimiento. La nicotina del cigarrillo es más deseada por el hierro que el oxigeno del aire; de ahí la importancia de dejar de fumar para tener más energía, independientemente de lo que significa, como cancerígeno, la brea del cigarrillo.

La deficiencia de hierro lleva a la anemia y a la perdida consiguiente de energía, ya que el oxigeno que transporta el hierro es imprescindible para la combustión de la glucosa y la obtención de energía para el organismo. Un aumento en los niveles del fósforo en el organismo puede conducir a una deficiencia en la absorción del hierro, y la anemia consiguiente. La deficiencia en la ingesta de las vitaminas B12 y B6 disminuye la absorción del hierro. El exceso de sudoración, por el ejercicio o por otra razón, también reducen los niveles de hierro en el organismo. Demasiadas cantidades de cinc y vitamina E pueden menguar la absorción del hierro. Las bacterias se nutren del hierro para su multiplicación, por lo que el organismo tiende a almacenarlo en el hígado, a manera de protección cuando hay una infección, para evitar la proliferación bacteriana.

El exceso de hierro puede inducir a un aumento de los radicales libres y a una deficiencia en la absorción de la vitamina E.

Las vitaminas A, C y el complejo B ayudan a la absorción del hierro, así cómo el cobre, el manganeso y el molibdeno.

El hierro se encuentra en todas las carnes y en la mayoría de los alimentos, especialmente en los vegetales y en las legumbres. Los huevos, el pan fabricado con harinas integrales y una gran cantidad de frutas, como los melocotones, contienen hierro orgánico. La forma orgánica del hierro es la más recomendable, y en el agua de mar hay hierro orgánico biodisponible.

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